¿Cuáles son los problemas más comunes en comunidades de vecinos?
Los problemas en comunidades de vecinos son algo muy común. Desde ruidos, propietarios que no pagan las cuotas hasta presidentes que se desentienden y que descuidan sus responsabilidades.
Vivir en comunidad no siempre es fácil, pero para eso está la Ley de Propiedad Horizontal a la que hay que recurrir siempre que sea necesario resolver un conflicto.
A continuación, desgranamos algunos de los problemas más frecuentes en comunidades de propietarios y qué soluciones se pueden aplicar en cada caso.
Mantenimiento deficiente de las zonas comunes
El mantenimiento de las zonas comunes del edificio es responsabilidad de todos los vecinos. Aunque haya una empresa encargada de su limpieza periódicamente, es importante que cada uno haga un buen uso diario de las mismas y no las ensucie.
Sin embargo, en ocasiones, algunos vecinos desconsiderados tiran papeles, colillas o incluso dejan que sus mascotas hagan sus necesidades en ellas. Como es lógico, esto puede despertar el malestar del resto de convivientes y generar problemas.
Lo más habitual, en estos casos, es hablar con los responsables y pedirles que cesen estas conductas. También, si no se sabe quién ha sido, se puede enviar una circular a todos los vecinos.
Problemas de convivencia entre vecinos
Otro de los problemas más comunes en las comunidades de vecinos son los ruidos. El volumen de la televisión, fiestas puntuales o continuadas, caminar con tacones, mover muebles… Es normal que surjan este tipo de disputas en el edificio.
Para evitar este tipo de problemas, es importante recordar la importancia de respetar las horas de descanso. Así, se podrá hacer ruido de lunes a viernes desde las 8 hasta las 21 horas. Y los fines de semana, en algunos municipios, el período se extiende hasta las 22 o las 23 horas.
Cuando el diálogo fracasa, los vecinos pueden acogerse a los descrito en el artículo 7.2 de la Ley de Propiedad Horizontal:
“El presidente de la comunidad, a iniciativa propia o de cualquiera de los propietarios u ocupantes, requerirá a quien realice las actividades prohibidas por este apartado la inmediata cesación de las mismas, bajo apercibimiento de iniciar las acciones judiciales procedentes.
Si el infractor persistiere en su conducta el Presidente, previa autorización de la Junta de propietarios, debidamente convocada al efecto, podrá entablar contra él acción de cesación que, en lo no previsto expresamente por este artículo, se sustanciará a través del juicio ordinario”.
Vecinos morosos
Cuando un vecino no paga los gastos de la comunidad o no hace frente a las derramas, surgen problemas. Solucionarlo no es sencillo, por lo que se recomienda agotar la vía amistosa antes de dar otros pasos.
Lo primero sería enviar un aviso de requerimiento de pago mediante un burofax. Si el vecino no hace caso, la junta de vecinos puede aprobar el inicio de un proceso monitorio para reclamar la deuda. En última instancia, si a pesar de ir a juicio no paga se podrá iniciar el embargo de la vivienda.
Derramas extraordinarias
A nadie le gustan las derramas por lo que cuando se producen este tipo de gastos extraordinarios, suele haber conflicto vecinal. Siempre hay propietarios que no consideran que esos gastos sean necesarios.
La Ley de Propiedad Horizontal es muy clara y obliga a todos los vecinos a contribuir con los gastos extraordinarios que sean aprobados con mayoría en junta general.
Uso de zonas comunes para actividades personales
Cuando en una comunidad hay jardines, pistas deportivas, piscina, gimnasio… puede ser que a algún vecino se le ocurra hacer un uso privado de estas zonas comunes.
Habrá que analizar cada caso de forma particular y tendrá que ser la comunidad en junta la que decida si autoriza o no este tipo de actividades.
Administración y presidencia
Pocos propietarios disfrutan de su tiempo como presidentes de la comunidad, ya que se ven obligados a asumir tareas para las que no tienen tiempo y mediar en conflictos vecinales. Por eso, muchas comunidades optan por contratar la figura de un administrador de fincas.
Contando con un profesional dedicado a las gestiones de la comunidad, los vecinos se ahorran mucho trabajo y disputas innecesarias. Además, gracias a su experiencia, podrán disfrutar del mejor asesoramiento en todo tipo de cuestiones.