¿Es obligatorio tener administrador de fincas?
Aunque no es obligatorio tener administrador de fincas, su papel es fundamental para la buena gestión de una comunidad de vecinos. Gracias a su experiencia y conocimientos hace que todas las responsabilidades que, de lo contrario recaen sobre el presidente, se resuelvan de forma rápida y eficiente.
Es por esto que, hoy en día, prácticamente todas las comunidades de vecinos delegan las funciones de gestión en un administrador profesional. Aunque, por supuesto, las decisiones siempre deberán tomarlas en junta todos los propietarios.
¿Es obligatorio tener un administrador de fincas en la comunidad?
Como ya hemos adelantado al comienzo, no es obligatorio contratar a un administrador de fincas externo.
La Ley de Propiedad Horizontal, en su artículo 13.6, establece que “el cargo de administrador y, en su caso, el de secretario-administrador podrá ser ejercido por cualquier propietario, así como por personas físicas con cualificación profesional suficiente y legalmente reconocida para ejercer dichas funciones. También podrá recaer en corporaciones y otras personas jurídicas en los términos establecidos en el ordenamiento jurídico”.
Esto significa que las comunidades pueden elegir a uno de los propietarios como administrador de la finca o contratar los servicios de un administrador de fincas profesional.
En las comunidades de vecinos en las que no hay un administrador de fincas, normalmente es el presidente el que asume las tareas de administración. Sin embargo, como hemos dicho, esto puede llegar a ser realmente complejo y consumir una gran cantidad de tiempo. Por lo tanto, es recomendable contratar y delegar en profesionales.
Funciones de un administrador de fincas.
El administrador de fincas se encarga de toda la gestión de la comunidad de propietarios. Esto incluye las siguientes funciones:
- Velar por el buen funcionamiento de la comunidad, sus instalaciones y servicios.
- Preparar y gestionar el presupuesto en el que se contemplen todos los gastos previstos y un plan para hacerles frente.
- Llevar la contabilidad de la finca y actualizar la información financiera.
- Mantener el inmueble en buen estado, haciendo las reparaciones urgentes que sean necesarias.
- Ejecutar las obras acordadas por la comunidad y efectuar los pagos que correspondan.
- Actuar como secretario en las juntas de vecinos y custodiar toda la documentación de la comunidad.
- Asesorar a la junta de propietarios de cualquier asunto relacionado con el inmueble.
- Actuar como mediador en el caso de haber algún conflicto entre los vecinos.
Ventajas de tener un administrador de fincas.
Contar con un administrador de fincas resulta ventajoso para la comunidad de vecinos, ya que de este modo ningún propietario se verá obligado a cargas con las tareas de gestión.
- Supone, también, un ahorro de dinero. El administrador se encarga de crear un plan de ahorro, seguir el presupuesto y encontrar las soluciones o servicios más rentables estudiando presupuestos.
- Posee conocimientos contables y jurídicos; por lo tanto, tienen la capacidad de gestionar todos los temas relacionados con la finca y sus cuentas. Conoce especialmente la Ley de Propiedad Horizontal, que recoge todas las normas, derechos y deberes de los propietarios de la comunidad. Un vecino que asuma este papel, sin contar con experiencia previa, se encontrará en muchas ocasiones con dificultades para atajar ciertas necesidades que puedan surgir.
- Vela por el pago de las cuotas y se encarga de reclamar los pagos pendientes e, incluso, si es necesario, tomar acciones legales.
- Cuida de la conservación y el mantenimiento de las instalaciones y espacios comunes y se encarga de negociar con los proveedores.
- Genera confianza y seguridad, ya que los vecinos no tienen que preocuparse de los posibles problemas que puedan surgir.
En definitiva, aunque tener un administrador de fincas no es obligatorio, sí es una buena decisión ya que le ahorra a los vecinos tiempo, problemas y dinero.